Las incrustaciones calcáreas en intercambiadores de calor son un grave problema que genera importantes pérdidas de rendimiento. Tanto en intercambiadores de placas, como en intercambiadores tubulares. Estas incrustaciones ocasionan un aislamiento térmico en los intercambiadores que ocasionan severas perdidas de rendimiento, incluso afectando a la productividad de la industria, así como con los consiguientes sobre consumos energéticos